Micorrizas

Micorrizas y su impacto en la ecología de los bosques

Las micorrizas, asociaciones simbióticas entre hongos y raíces de plantas, son fundamentales para la salud y el funcionamiento de los ecosistemas forestales. Estas relaciones, que han evolucionado durante más de 400 millones de años, no solo benefician a las plantas y a los hongos involucrados, sino que también desempeñan un papel crucial en la dinámica de los bosques, afectando la biodiversidad, la nutrición del suelo y la resiliencia ante cambios ambientales.

Definición y Tipos de Micorrizas

El término «micorriza», que significa «hongo-raíz», fue introducido por Frank en 1885 para describir estas asociaciones simbióticas. En su forma más básica, las micorrizas permiten a los hongos obtener azúcares de las plantas, mientras que las plantas reciben nutrientes minerales y agua del suelo a través de las hifas fúngicas. Existen varios tipos de micorrizas, siendo las más comunes las micorrizas arbusculares, ectomicorrizas y las micorrizas ericoides.

Las micorrizas arbusculares, formadas principalmente por el grupo de hongos Glomeromycota, son las más antiguas y se asocian con una amplia variedad de plantas terrestres. Estas micorrizas son esenciales para la absorción de fósforo y otros nutrientes, especialmente en suelos pobres. Por otro lado, las ectomicorrizas, que involucran a hongos de los grupos Basidiomycota y Ascomycota, son típicas de árboles como pinos y abetos. Estas asociaciones son cruciales para la salud de los bosques, ya que mejoran la capacidad de las plantas para acceder a recursos hídricos y nutrientes.

Impacto en la Biodiversidad

Las micorrizas son un factor clave en la biodiversidad de los ecosistemas forestales. Al facilitar la absorción de nutrientes, permiten que una mayor variedad de especies vegetales coexistan en un mismo hábitat. Esto es especialmente importante en suelos con limitaciones nutricionales, donde las plantas pueden depender de las micorrizas para sobrevivir. La diversidad de especies vegetales, a su vez, apoya a una variedad de organismos, desde insectos hasta mamíferos, creando un ecosistema más robusto y resiliente.

Además, las micorrizas pueden influir en la composición de las comunidades vegetales. Algunas especies de hongos micorrícicos son más específicas en sus asociaciones, lo que puede favorecer a ciertas plantas sobre otras. Esto puede tener implicaciones significativas para la estructura del bosque y la dinámica de la comunidad, afectando la competencia entre especies y la sucesión ecológica.

Nutrición del Suelo y Ciclo de Nutrientes

Las micorrizas también juegan un papel crucial en la nutrición del suelo y el ciclo de nutrientes. A través de sus hifas, los hongos micorrícicos extienden el área de absorción de las raíces, permitiendo a las plantas acceder a nutrientes que de otro modo estarían fuera de su alcance. Esto es particularmente importante en suelos con baja disponibilidad de fósforo, un nutriente esencial para el crecimiento de las plantas.
Además, las micorrizas ayudan a mejorar la estructura del suelo. Las hifas fúngicas actúan como un «pegamento» que une las partículas del suelo, mejorando la retención de agua y la aireación. Esto no solo beneficia a las plantas, sino que también promueve la actividad de otros organismos del suelo, como bacterias y protozoos, que son esenciales para la salud del ecosistema.

Resiliencia ante Cambios Ambientales

La capacidad de los ecosistemas forestales para adaptarse a cambios ambientales, como sequías o cambios en la temperatura, está estrechamente relacionada con la salud de las micorrizas. Estas asociaciones pueden ayudar a las plantas a tolerar condiciones adversas al mejorar su acceso a agua y nutrientes. Por ejemplo, en condiciones de sequía, las plantas micorrizadas pueden mantener su crecimiento y supervivencia mejor que aquellas que no están asociadas con hongos.

Además, las micorrizas pueden ayudar a las plantas a resistir enfermedades. Al formar una red de hifas en el suelo, los hongos pueden actuar como una barrera física contra patógenos del suelo, reduciendo la incidencia de enfermedades en las plantas. Esto es especialmente importante en bosques donde las enfermedades pueden propagarse rápidamente y afectar a grandes áreas.

Implicaciones para la Conservación y Manejo Forestal

Dada la importancia de las micorrizas en la ecología de los bosques, su conservación y manejo son cruciales para la salud de estos ecosistemas. Las prácticas de manejo forestal que promueven la diversidad de especies vegetales y la salud del suelo pueden ayudar a mantener las comunidades de hongos micorrícicos. Esto incluye la reforestación con especies nativas, la reducción del uso de pesticidas y fertilizantes químicos, y la promoción de prácticas de agricultura sostenible.

Además, la restauración de ecosistemas degradados debe considerar la reintroducción de hongos micorrícicos. Esto puede ser especialmente importante en áreas donde la pérdida de vegetación ha llevado a la degradación del suelo y la pérdida de biodiversidad. La inoculación de suelos con hongos micorrícicos puede ayudar a restablecer estas asociaciones y promover la recuperación de la vegetación.

Conclusión

Las micorrizas son un componente esencial de la ecología de los bosques, influyendo en la biodiversidad, la nutrición del suelo y la resiliencia ante cambios ambientales. A medida que enfrentamos desafíos como el cambio climático y la degradación del hábitat, es fundamental reconocer y proteger estas relaciones simbióticas. La salud de los ecosistemas forestales depende en gran medida de la salud de las micorrizas, y su conservación debe ser una prioridad en los esfuerzos de manejo y restauración forestal. Al hacerlo, no solo aseguramos la supervivencia de las plantas y los hongos, sino también la de los innumerables organismos que dependen de estos ecosistemas para su existencia.

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Paulina Campos O.

Ingeniera Agrícola

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Referencias

  1. Gargas, A., et al. (1995). Evidencias moleculares sobre la simbiosis micorrícica.
  2. Hibbet, D. S., et al. (2000). Origen de los hongos ectomicorrícicos.
  3. Honrubia, M., Barea, J. M., & Read, D. J. (2002). Micorrizas: definición y concepto. En Anales del Jardín Botánico de Madrid (Vol. 66S1, pp. 133-144).
  4. Honrubia, M. (2009). Las micorrizas: una relación planta-hongo que dura más de 400 millones de años. Anales del Jardín Botánico de Madrid, 66S1, 133-144. https://doi.org/10.3989/ajbm.2226

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